Aunque existe desde hace años, pocos pueden decir que han practicado este deporte en ella.
La historia que contamos a continuación es, por lo menos, poco usual. Nos situamos. Frontón de Remontival, en Navarra. Desde hace más de 10 años hay construida una pista municipal de squash en el sótano de este frontón y que prácticamente no se ha utilizado por los continuos desperfectos en las instalaciones.
Está, pero pocos son los que pueden decir que han practicado deporte en ella. Según parece, al menos de momento, seguirá como hasta ahora. Se inauguró a la vez que el resto de la dotación, en junio de 2002, pero los problemas no tardaron en aparecer, al igual que en toda la instalación.
Estas deficiencias, que en un informe se estimaban en al menos 25 y que tenían que ver con desconches en la pared, goteras o terminaciones mal acabadas, se fueron arreglando pero la pista quedó relegada ante otras necesidades más urgentes.
A día de hoy, esa sala no se utiliza, es más los usuarios del frontón saben que está prohibido entrar y duerme a oscuras mientras las humedades y las goteras siguen reinando a sus anchas allí. Además, algunos aseguran que el mayor problema es que el agua cae incluso por los plafones de la instalación eléctrica, lo que la inhabilita desde 2005.
Desde un principio, los aficionados que comenzaron a usarla ya decían que el suelo era un tipo de parquet oscuro y que muchas veces no se podía diferenciar ni la pelota. Lo cierto es que nunca llegó a estar 100% practicable e incluso sirvió como lugar de calentamiento para los pelotaris mientras se estaba arreglando la cancha de frontón, que quedó cerrada durante unos meses. Al final se arregló y la pista de squash ahí se quedó.